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GORBACHOV EN UN LOCAL DE PIZZA HUT

El comercial de Pizza Hut en el que aparece Mijail Gorbachov señala una verdad incómoda: ¿no serán todos los que creen en el comunismo nada más que personas de otro mundo que están resignadas a vivir en este?


Imagen: http://i0.wp.com/fusiondotnet.files.wordpress.com/2015/07/gorbachev-pizzahut.png?resize=1200%2C630&quality=80&strip=all

En 1997, Mijail Gorbachov, ex secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética entre 1985 y 1991, recibió un millón de dólares por aparecer con su nieta Anastasia en un comercial de la empresa estadounidense Pizza Hut. En ese comercial, Gorbachov entra con Anastasia en un local ruso de Pizza Hut y se sienta con ella en una mesa capitalista ubicada en una de las esquinas del local. Entonces un grupo de personas, el que come en otra mesa, lo reconoce y empieza a discutir acerca de lo que representó para Rusia. “Por culpa de él, tenemos crisis económica”, dice un viejo amargado que mira con cara de pocos amigos. “Gracias a él, tenemos oportunidades”, le responde serenamente un joven sentado frente a él. El viejo vuelve a intervenir, el joven lo hace también y siguen discutiendo así hasta que una señora interviene diciendo: “gracias a él tenemos muchas cosas, como Pizza Hut”. Por el efecto que producen estas palabras, el viejo y el joven se callan y se miran, como poniéndose de acuerdo sin decirse nada, y tras un breve silencio, todos empiezan a gritar: “¡Viva Gorbachov!”. Finalmente, se escucha la voz de un locutor oportunista repitiendo un mensaje comercial: "nada une a las personas como Pizza Hut".


Ver ese comercial 19 años después de que salió puede producir el mismo morbo que acaso generó cuando fue emitido por primera vez. La presencia de Gorbachov en ese local de Pizza Hut es curiosa, extraña. En el comercial se unen dos elementos que pertenecen a dos países que en un pasado no muy lejano coexistieron y fueron antagonistas. Por una parte, Gorbachov, el líder de la Unión Soviética, un país comunista que, habiendo nacido en 1917 gracias a una revolución política, implementó un sistema económico y político –el socialismo autoritario de Estado- cuyo fin supremo era construir una sociedad comunista, en el que el individuo trabajaba para beneficiar al Estado (no para cumplir planes de vida planeados de antemano), que hizo de la propiedad privada un crimen, que desanimó el consumo, y que sacrificaba las necesidades básicas individuales a los costos militares que implicaba el ser una superpotencia, algo que la Unión Soviética necesitaba ser si aspiraba a superar a los Estados Unidos y ampliar su influencia mundial. Y, por la otra parte, el escenario en que opera Pizza Hut, una de las empresas que constituyen el resultado visible del modo de producción -el capitalismo- y el sistema político de los Estados Unidos –la democracia liberal-, un país que promueve todo lo que se castigaba en la antigua URSS: el hedonismo, la libertad, el lucro, el individualismo, el consumo, el confort. Debido a que los sistemas políticos, los modos económicos de producción y los valores de la Unión Soviética y los Estados Unidos son antagónicos, es muy extraño ver a Gorbachov protagonizando un comercial de Pizza Hut. ¿Cómo pueden estar juntas dos cosas que eran insuperablemente antagónicas?


El morbo que produce el comercial descrito es independiente del punto de vista del individuo que lo mira. Naturalmente, los nostálgicos del comunismo, los que odian a Gorbachov, dirán que ese comercial prueba la degradación de aquella persona que traicionó los valores socialistas para sacrificar a la URSS a los intereses de Occidente. Por su parte, los que celebran la implosión de la URSS, los que respetan a Gorbachov, dirán, sonriendo, que dicho comercial registra como la democracia liberal y el capitalismo se impusieron finalmente, ganando la guerra fría. En cada caso, las palabras no serían más que reacciones a la misma impresión extraña que produce ver a Gorbachov en ese insólito comercial.


En su tiempo, Gorbachov se defendió con el argumento de que los fondos que obtuvo por el comercial mencionado serían destinados a su fundación. Lo cierto es que la implosión de la URSS obligó no solo a la sexta parte del mundo sino a todos aquellos que en Occidente creían en los mismos ideales comunistas que Gorbachov no solo a coexistir con los Estados Unidos y los países de Europa occidental, sino a resignarse a que, mientras la historia no indique otra cosa, en la mayor parte del mundo solo son viables el capitalismo y la democracia liberal. El comercial de Pizza Hut en que aparece Gorbachov señala una verdad incómoda: ¿no serán todos esos individuos que creen en el comunismo nada más que personas de otro mundo que están obligadas a vivir resignadamente en este?

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